sábado, 6 de agosto de 2011

SIGUE DE PISTACOS

SIGUE DE PISTACOS

Lo del "chupacabras" no se da por estos lares, nosotros tenemos a los pistacos, Hace tiempo me parece haber visto un documental de Discovery sobre el chupacabras y mencionaban el desangrado total de la victima y el corte limpio en la extracción de órganos, pero solo en animales, no escuche que se hubiera presentado en humanos. En cambio los pìstacos, supuestamente, sacrificarian humanos para extraerles la grasa. Con la cual se elaboraria un aceite muy fino usado en Aeronautica o una crema cosmetica.

Como te mencionaba en el relato sobre mi padre, yo tambien tengo mi historia en lo de la grasa humana, y se presento en el año 1972.

Un 19 de Abril de ese año, vispera de mi onomàstico. Un grupo de amigos, compañeros de trabajo, me invitaron a tomar unas cervezas a la salida de la oficina. A las seis de la tarde, ya anocheciendo, viajabamos hacia un huarique (sitio medio escondido) seis amigos en un VolsWagen, tres iban en la parte de atràz y tres, con el conductor, en la parte de adelante. Por supuesto que en un carro chico con solo dos asientos en la parte de adelante, como es este modelo. Los de delante ibamos super incomodos y yo que estaba para el lado de la puerta del copiloto iba sentado de costado con el codo en el marco de la ventana.Cuando bajabamos por una avenida y al adelantar a un carro de servicio publico en una inteseccion, chocamos violentamente contra otro carro que cruzaba la Avenida, el carro nuestro entro en trompo sobre la pista quedando detenido en la berma central y en direccion contraria.

Como el choque se dio por el lado en que yo estaba y ante la imposibilidad de protegerme con el brazo al atracarme con el codo en la ventanilla corta vientos, di con la cara contra el parabrisas quedando con varios cortes en el lado derecho de la cara y la clavicula fracturada. Recuerdo claramente que cuando abrieron la puerta para que yo pudiera salir, el corte en el temporal habia seccionado dicha arteria y la sangre fluía intermitentemente con cada latido del corazon, esta chorreaba por la barbilla y se depositaba en el mocasin que calzaba, yo sacudia el zapato para que no se empozara y la primera sensacion que tuve es que habia perdido el ojo derecho. Ante esta sensacion, me limpie el ojo con el dorso de la mano derecha y lo abri. El alivio que senti cuando observe la luz del farol en el poste, fue muy reconfortante, no me importo el dolor de la clavicula, la sangre y los cortes; habia salvado el ojo.

Me subieron a un taxi y me llevaron a la clinica mas cercana, el mèdico ordeno que de inmediato me pasaran al quirofano para suturar la arteria y coser los cortes que tenia. Yo habia perdido mucha sangre y sentia un hormigueo en las yemas de los dedos y adormecimiento en las piernas. Cuando el Mèdico se disponia a intervenirme una enfermera que estaba presente dijo : Dios mio, como pueden desfigurarse el rostro de esa manera ? El medico la boto diciendole; "Señorita si no puede guardar la calma, salga de la sala".

Me colocaron 73 puntos en todo el lado derecho de la cara y me mandaron a mi casa con una venda que solo me dejaba libre los ojos y la boca, parecia una momia, mi esposa casi se desmaya y a mis hijos se los llevo su abuela. Cuando me retiraron la venda, el cirujano habia hecho un gran trabajo, pero no pudo evitar algunas imperfecciones. el ojo derecho por un corte que sufri en el parpado, quedo con un medio guiño permanente . El pomulo tenia una depresion en la piel que bajaba del ojo a la comisura de la boca, el tajo en el frontal hiba en curva desde la ceja hasta el pabellon del oido derecho. En la barbilla se notaba el colgajo en semicirculo que fue pegado de nuevo a la piel. Despues de retirados los puntos se requirieon ocho operaciones de cirujia reparadora para igualar todas estas imperfecciones.

El cirujano reparador cuando ya termino su trabajo, me dijo. Usted tiene varios lunares en la cara, estos llaman la atencion hacia su rostro y las cicatrices se hacen notorias, voy a extirparlos, y me quede sin lunares. Despues de todo cuando chico me decian lunarejo y eso nunca me gusto.

Cuando mi esposa vio las cicatrices que aun se notaban en la cara, se acordo de la grasa humana que mi padre uso y decidio buscarla por su cuenta.

Un dia estaba en la oficina, y llaman por telefono preguntando por el esposo de la señora Consuelo Sanchez, la llamada hera de la policia de investigacion criminal del Perù y me citaron a que concurriera de inmediato.

Cuando fui , me hicieron ingresar a una sala y de frente me dijeron que mi esposa estaba comprometida en un trafico de cadaveres, yo no recordaba lo de la grasa de muerto y lo primero que pense fue que obsesionada que estaba por conseguir un trabajo, la hablan comprometido en algún crimen o algo por el estilo Sabiendo que ella es incapaz de cometer un delito conscientemente, ya sacaba mis cuentas de cuanto nos iba a costar un abogado que la sacara del embrollo.

Le pedi al policia que me permitiera hablar con ella y la trajeron. Cuando estuvo en mi presencia con toda normalidad y sin sobresaltos, me dijo; Percy dile al señor que la grasa de muerto es para tus cicratizes, que yo no quiero comprar un muerto sino solo un poco de su grasa.

Haciendo un parentesis te dire que uno de los "encantos" de mi esposa es la logica simple con que ve las cosas, si ella no va con la intencion de cometer un delito, no es delito. Lo volvio loco al policia diciendole "que quiere usted, que vaya y mate a una persona por 100 gramos de grasa ? Que ella habia ido a la morgue por que ahì todos estaban muertos, que antes de tirarlo a la fosa deberian de sacarle lo que puede ser util para otras personas y regalarlo.Que no deberian de investigarla a ella sino a quien mato al sujeto, por que si estaba en la morgue no era por que habia muerto solo sino por que lo habian muerto.etc.etc. Despues de dos horas, nos dejaron libres, no sin antes firmar un documento con nuestras declaraciones.

Al finas del cuento lo que ocurrio es que mi esposa, que demas de lògica es simple y directa (ella apaga los aparatos de la casa, jalando el cable del enchufe) fue directo a la morgue central, pidio hablar con el administrador y le dijo que queria comprar un pedazo de lonja de muerto. En esos dias habìa una investigacion sobre trafico de organos en el que aparentemente estaban comprometidos trabajadores de la morgue, Asì que su requerimiento la hizo sospechosa de inmediato.

Lo raro y como siempre sucede (ella consigue lo que se propone) convencio al administrador para que le entregara un poco de grasa obtenida de un cuerpo que se envio a la facultad de medicina, en un trafico de cadaveres que si existe pero que es legal, dizque para investigaciones y enseñanaza.

Mi querido Paragua, yo te cuento todo esto para amenizarte el dia y para que conozcas de mi, pero tu no sueltas prenda, yo no se que haces ahora, aparte de escribir, Te imagino como jardinero con tu sombrero y regadera en mano, podando y retirando la mala hierba de tu jardin. O paseando por los bellos parajes que tiene tu tierra acompañado de tu amiga,

Lo que pasa es que estas enamorado y entonces todo pensamiento y actividad gira en torno a sus cosas que tambien son intimas, o sea viven en un mundo que solo existe para ustedes y que no es accequible al resto. No importa, cuando venga la calma y la llamarada del amor se convierta en llama quieta y serena, los recuerdos podran contarse para que todos disfrutemos de ellos.

LA FLOR DE LIMA

“LOLA LA MUJER DE FUEGO”

La flor de Lima, era el mejor burdel de Arequipa allá por los años 55-60, no se si el nombre fue puesto en honor a la capital y por la bronca que teníamos a los limeños, y esta era una forma de joderlos.

Quedaba en el barrio de Miraflores,.barrio de malandrines y de gente pobre, en ese tiempo yo había culminado la secundaria y como no ingrese a la Universidad mi padre me puso a trabajar. Como todos los muchachos de mi edad y de esa época, uno de nuestro mayores anhelos era ir a la Flor de Lima y encamarse con “Lola, la mujer de fuego”, la mejor mujer del prostíbulo.

Recuerdo que tenia el pelo rubio (oxigenado) y un cuerpo bien formado, pechos grandes caderas anchas y piernas bien torneadas, lo mas aproximado posible a una bailarina de moda en Lima, “Tongolele” Bajo los actuales canones de la belleza diríase que era gorda.

Fuimos tres amigos, Eduardo, Jaime y yo, y cuando llegamos al salón, nos dimos cuenta de que Lola no estaba con las otras chicas, Nuestro fin era ella y no otra.

Yo no estaba dispuesto a renunciar a mi propósito y me fui por el sector donde estaban los cuartos de las chicas, encontrando a Lola en el suyo.

Me explico que no podía salir porque no había sellado su carnet de sanidad, y que en esa situación la policía la podía chantajear o sancionar, yo le pedí que me atendiera, que no importaba si estaba enferma, que nadie se iba a enterar, que era mi sueño, que sufría por tenerla, que estaba enamorado de ella, hasta que por fin acepto pero que tenía que ser muy rápido.

Fuimos a su cama y se desnudo , yo estaba maravillado, a la distancia el recuerdo de esa escena es la de haber visto en persona a la Maja desnuda de Goya. Que dicha, yo había tenido algunos encuentros apurados y clandestinos con algunas mujeres en un sofá de una de ellas o en el pasto de un parque a oscuras, era la primera vez que estaba en un cuarto semi-iluminado con una mujer desnuda sobre la cama.

Me saque la ropa y me eche en medio de sus piernas…

Ella me dijo “sácate los zapatos que me ensucias la colcha” En mi aturdimiento, no me los había quitado, lo hice rápido y estando encima lo que importaba era moverme para acabar con lo que había empezado.

Yo, me demoraba tratando de prolongar la situación el máximo posible y ella me apuraba diciendo que la policía podía tocarle la puerta en cualquier momento. Me dijo que para terminar más rápido iba a cerrar las piernas; y así lo hizo. Bajo esta presión pasaban los minutos y cuando estaba por culminar, ella empezó a jadear y a decirme que no terminara por que ella tenía ganas de hacerlo también, no pude contenerme y después de unos segundos me boto diciendo “vete cojudo, me has dejado con las ganas y no vamos a repetirlo por que no trabajo gratis”.

Afuera me esperabn mis amigos pensando que me había retirado, yo les conte la historia pero no me la creyeron.

Para ellos, lola la mujer de fuego no trabajó ese día.

DE PISTACOS

DE PISTACOS

Ayer te comente la noticia del día en la TV, y los diarios, en la que la policía peruana informaba sobre la captura de una banda de "pistacos" dedicada a matar gente para hacerlos chicharon , sacarles la grasa y venderla al extranjero al precio de quince mil dólares el litro.

Esta creencia en la sierra peruana es comparable a la del "chupa cabras" en Centro América, pero estos solo chupan sangre, como los políticos, y sacan los órganos con una limpieza de laser en el corte.

Aquí alguna prensa ha criticado la noticia, diciendo que esta denota una total falta de seriedad por parte de la policía, que en el contexto internacional deben de creernos unos salvajes, cosa que no dudo pero no por lo de "pistaco", y que nadie que sepa algo de medicina puede avalar el uso de esta grasa sanguinolenta que encontraron envasada en botellas. Hay otros que dicen que este es un psico-social de las FF.AA frente al inminente descubrimiento de una fosa de cadáveres enterrados durante la represión al terrorismo de sendero, cosa que pudiera ser, por que aquí el crimen perfecto si existe, pues la verdad se encargan de enredarla y por ultimo ocultarla, los periodistas y los abogados.

Pero yo tengo dos historias que viví en carne propia, no como chicharrón, sino como consumidor.

En el año 1955 más o menos, cuando tenía de 8 a 9 años, a mi padre le diagnosticaron un melanoma maligno (lunar canceroso) en el pómulo derecho.

Este lunar negro que adornaba la cara de mi padre y que por un descuido casi fue extirpado en una de sus afeitadas, sangro y después de quince minutos y gracias al alcohol y la piedra alumbre, cicatrizo. Pero durante un buen tiempo se volvió una rutina el que cada vez que se afeitaba, retiraba del lunar una costra muy delgada sin sangrado que era remplazada por una nueva a los dos o tres días.

Mi padre era un trabajador manual muy hábil, mecánico de motores, Un hombre muy noble, gran amigo de sus amigos, que eran todos, porque nunca le conocí un enemigo, deportista destacado , futbol. Box, y un gran picantero y chupador. MI personaje inolvidable como los de Reader Digest.

Cuando por consejo de su compadre, el médico de la familia, al que le arreglaba el carro en un intercambio desigual de servicios por el cual siempre le entregaba el carro en perfecto funcionamiento, sin que las curaciones a la familia tuvieran la misma efectividad, se vino a la capital para examinarse en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplasicas y le dijeron que tenía cáncer.

En esa época el tratamiento radical para el cáncer después de la extirpación del melanoma, era la radiación en la Bomba de Cobalto, tratamiento al cual fue sometido durante tres días a la semana con sesiones de dos horas durante cuarentaicinco días. La operación le dejo una cicatriz en forma de cráter en el pómulo derecho del rostro pues tuvieron que retirar tejido hasta el maxilar superior.

Por supuesto que mi padre quedo desfigurado y a su regreso a la ciudad de Arequipa todos los que lo conocían no dejaban de hacer algún comentario sobre este hecho.

Algo que tengo que decir de mi padre, era su desconfianza total en la medicina farmacológica y su desconfianza sobre los diagnósticos, no solo de su compadre sino de cualquier médico por más famoso que este fuere. Siempre prefería dejarse guiar por la experiencia de sus amigos frente a los síntomas de una enfermedad y a las medicinas naturales que estos pudieren aconsejarle. Tengo varias anécdotas de esta práctica.

Un amigo que trabajaba como enfermero o practico de un hospital en Arequipa, le recomendó que para borrar esa cicatriz y reparar el tejido retirado, debería tratarse con grasa de humano y que el podía conseguirle la suficiente para un tratamiento. En efecto a los pocos días mi padre llego a la casa con un envoltorio que contenía una lonja de grasa de unos 200 gramos más o menos, muy parecida a la del cerdo. Por supuesto y como cada vez que llegaba con alguna hierba o sustancia curativa que sus amigos le recomendaban mi madre puso el grito en el cielo, mas aun tratándose de la parte de un ser humano que sabe dios que pobre inocente o maldito pecador seria, con todas las implicancias de enfermedades transmitirles y condenas divinas para toda la familia, Pero nada hacia retroceder la férrea voluntad de mi viejo y el entusiasmo curioso y aventurero que todas las acciones de mi padre me provocaban.

El tenia para sus preparados en el fuego una pequeña sartén de cobre que el mismo había hecho en el taller, puso al fuego la lonja del muerto y como cuando se cocina una chuleta de chancho, esta empezó a chisporrotear soltar grasa y oler igual que eso, una chuleta de chancho, la cocina se lleno del olor, mi madre en su dormitorio echaba cruces y pedía perdón a todos los santos por la forma en que se recreaba el sacrificio de los cristianos puestos en la parrilla en la época de los romanos, aunque con una parte minima de este,, aunque solo fuera un pedazo de un pobre diablo desconocido identificado como NN en la morgue, cuyos restos ya estaban depositados en una fosa común del cementerio.

Lo que quedo de la lonja, fue un chicharrón chamuscado que fue a la basura y un aceite muy fino y delgado de color amarillento que conforme se fue enfriando se transformo en una manteca finamente granulada de color perlado.

La siguiente acción fue concurrir donde un tío dueño de una farmacia que mezclo la manteca con lanolina y una gotas de perfume, envasándola dentro de un pote de vidrio muy decente y olorosamente presentado.

En la casa este pote estaba en un lugar destacado del botiquín del baño y cada mañana mi padre se aplicaba la crema en la cicatriz y mi madre se persignaba pidiendo por la parte del alma que por si acaso estuviera en el envase. No vaya a ser que una de estas noches venga jalarnos de los pies reclamando su lonja, decía.

A la vuelta de dos años a mi padre no le quedaba ninguna huella de la cicatriz y a mi la seguridad de que fue la parte del muertito quien colaboro para esta reparación milagrosa sin cirugía ni injerto de por medio.

Esta historia a propósito de los pistacos, es para confirmar que pudiera existir algún interés en los laboratorios para lograr mejores efectos que la concha de nácar o la baba de caracol, usando grasa de muertito y que los pistacos a lo mejor, pensaron que podrían haber hecho un buen negocio, colgando un muerto con un perol debajo hasta derramar la última gota de su grasa.

Después te contare como al historia se repite de una manera graciosa y con otros resultados en mi caso.